Encontrar la base ideal va mucho más allá del tono. Para lograr un acabado natural, favorecedor y duradero, el primer paso es conoce tu piel. Identificar si es seca, mixta, grasa o sensible permite elegir fórmulas que se adapten a sus necesidades reales y eviten efectos indeseados como acartonamiento, brillo excesivo o parches.
Otro punto clave es prestar atención a la cobertura y al acabado. Las pieles secas suelen beneficiarse de texturas hidratantes y luminosas, mientras que las grasas requieren bases ligeras, de acabado mate o semi mate. Aquí entra en juego la importancia de conoce las marcas y elige el que mejor te quede y resalte tu luminocidad, ya que cada firma desarrolla tecnologías distintas que impactan directamente en el resultado final sobre el rostro.
El tono correcto también marca la diferencia. Probar la base sobre la mandíbula, con luz natural, ayuda a evitar contrastes poco favorecedores. Además, considerar el subtono de la piel —cálido, frío o neutro— asegura una integración perfecta con el maquillaje completo.
En Prima Donna creemos que el maquillaje es una herramienta de expresión y confianza. Por eso, apostar por productos que respeten tu piel y potencien su belleza natural es una decisión que se refleja en cada look, desde el más sencillo hasta el más sofisticado. Elegir bien tu base es el primer paso para una piel que se vea sana, uniforme y auténtica todos los días.


