Arreglarse no debería ser una tarea para gustar, encajar o impresionar. Debería ser un acto íntimo, una expresión de identidad y amor propio. Cada elección frente al espejo desde la ropa hasta los tonos del maquillaje.
Arreglarse no debería ser una tarea para gustar, encajar o impresionar. Debería ser un acto íntimo, una expresión de identidad y amor propio. Cada elección frente al espejo desde la ropa hasta los tonos del maquillaje.