El “slugging” se ha convertido en uno de los métodos más comentados en el mundo del skincare, prometiendo una piel profundamente hidratada y protegida. Esta técnica, originaria de Corea del Sur, consiste en aplicar una capa de vaselina u otro emoliente oclusivo como último paso de la rutina nocturna. Pero, ¿por qué está causando tanto revuelo?
El secreto está en su capacidad para sellar la humedad. Al bloquear la pérdida de agua transepidérmica, el “slugging” potencia la efectividad de los productos aplicados previamente, como sérums y cremas hidratantes. Es ideal para pieles secas o dañadas que necesitan una hidratación intensa.
Antes de comenzar, es importante saber que esta técnica no es para todos los tipos de piel. Si tienes tendencia al acné, es mejor evitarla, ya que los productos oclusivos pueden atrapar impurezas y empeorar la condición. En cambio, para pieles normales o secas, esta técnica puede ser un aliado clave dentro de los cuidados que no puedes dejar fuera de tu rutina de cuidado de la piel.
Para aplicar el “slugging”, sigue estos pasos: primero, limpia tu piel en profundidad; después, utiliza un tónico hidratante y un sérum reparador. Luego, aplica tu crema habitual y finaliza con una capa delgada del producto oclusivo de tu elección. A la mañana siguiente, limpia tu rostro con un limpiador suave y disfruta de una piel radiante y renovada.
Integrar esta práctica dentro de tu rutina nocturna puede marcar la diferencia en la salud de tu piel. Eso sí, como en todo cuidado dermatológico, es esencial escuchar a tu piel y adaptarte a sus necesidades específicas. Experimenta con esta tendencia y disfruta de los beneficios de una hidratación profunda y duradera.