Un buen maquillaje no solo depende del producto, también de las herramientas. Saber cómo identificar para qué sirve cada una de las brochas que tienes en tu tocador puede transformar por completo tu rutina de belleza. La brocha plana, por ejemplo, es ideal para aplicar base líquida y lograr un acabado uniforme; la de corte angular es perfecta para definir pómulos con contorno o rubor; y la brocha tipo abanico ayuda a retirar el exceso de polvo o aplicar iluminador con sutileza.
En el caso de los ojos, la brocha difuminadora permite suavizar las transiciones de color en el párpado, mientras que la brocha tipo lápiz es clave para marcar profundidad o detalles en la línea inferior. Tener este conocimiento no solo mejora el resultado final, también te permite aprovechar mejor tus productos.
En Prima Donna, creemos que el maquillaje es una forma de expresión, y dominar sus herramientas es parte de tu poder personal. Aprender a usar lo que ya tienes es el primer paso para potenciar tu estilo con seguridad.