Vivimos en un mundo desechable. Un objeto se rompe, lo tiramos. Algo deja de funcionar, nos compramos uno igual. Reemplazamos a las personas porque nos parece más sencillo que enfrentar las adversidades.
Existe una antigua práctica japonesa llamada “Kintsugi”, es el arte de aceptar el daño. Consiste en reparar objetos rotos de cerámica rellenando cada grieta con oro líquido. No solamente el oro incrementa el valor y la belleza de la pieza, también el hecho de que el objeto, que sufrió un daño, tiene una historia y que la ruptura de este no representó su final. Reconstruirlo hace que lo aprecien aún más.
Podemos convertir esta técnica de Japón en una filosofía de vida y aplicarla en muchos aspectos de nuestra vida.
Cada persona tiene una historia, cada persona está lidiando con heridas que desconocemos y cada persona se ha roto en algún punto de su vida. En nuestro camino de vida debemos hacer Kintsugi por dentro. Debemos ver cada adversidad como una lección y apreciar las cicatrices que nos han dejado. Debemos tener la capacidad de auto-conocimiento para indagar en lo más profundo de nuestro pasado y poder reconstruirnos desde ahí. El proceso de sanar es cansado y sin duda duro pero construirte día con día hará que te valores tanto que nadie podrá llegar a tu vida y hacerte sentir que no eres valioso.
En cuanto a las relaciones, se ha vuelto tan difícil encontrar a una persona que esté dispuesto a comprometerse y construir una relación sólida. Por ello debes de encontrar a una persona que no deje que su pasado se interponga en el camino para quererte genuinamente, que haya abandonado el modo de supervivencia y se esté haciendo cargo de sus heridas emocionales. Tienes que encontrar a alguien que no busque la perfección en ti, alguien con el que puedas ser vulnerable y que se permita ser vulnerable contigo. Tienes que encontrar a alguien que no se vaya con el primer obstáculo que la vida les ponga. Encuentra a alguien que quiera construir contigo, mientras se construyen a sí mismos. Sólo así, aprecian el verdadero valor de su relación.
No tengas miedo de hacer Kintsugi por dentro.