Una piel saludable no siempre se traduce en perfección, pero sí refleja equilibrio. Si tu rostro luce uniforme, sin zonas de descamación ni exceso de grasa, y al tocarlo se siente suave, estás en el camino correcto.
Una piel saludable no siempre se traduce en perfección, pero sí refleja equilibrio. Si tu rostro luce uniforme, sin zonas de descamación ni exceso de grasa, y al tocarlo se siente suave, estás en el camino correcto.