El estrés puede ser un enemigo silencioso para tu piel, pero con el manejo adecuado y una rutina de cuidado adaptada, puedes mitigar sus efectos y mantener un cutis saludable. Implementa estrategias de relajación, prioriza el descanso, y utiliza productos que protejan y calmen tu piel para contrarrestar los signos de estrés.